se trabajó la identidad visual orientada a construir una presencia sólida, contemporánea y adaptable a distintos formatos curatoriales y expositivos. la propuesta gráfica se definió a partir de criterios de elegancia, neutralidad y versatilidad, buscando que la marca pudiera convivir con obras, estilos y narrativas artísticas diversas sin competir con ellas. se desarrollaron lineamientos tipográficos, cromáticos y compositivos que permitieran transmitir profesionalismo, claridad y una curaduría visual cuidada. la identidad se aplicó a piezas fundamentales para la operación y comunicación de la galería, como invitaciones, material promocional, soportes expositivos y recursos digitales. cada aplicación mantuvo un lenguaje sobrio y consistente, pensado para acompañar la experiencia del espectador dentro y fuera del espacio físico. el resultado fue un sistema visual capaz de adaptarse a distintas muestras y artistas, reforzando la presencia institucional de la galería y su posicionamiento dentro del circuito

cultural.